Oración Ecuménica de Unidad por la Paz |
Escrito por Fr. Benjamín Paz Moreno, ofm | |||
lunes, 11 de diciembre de 2006 | |||
¡Qué gozo causa la unidad, y es más si se hace en el Señor! Cuando la noche caía en nuestra ciudad de Cochabamba del día 27 de Octubre del 2003, nuestro Centro Franciscano nos esperaba con las puertas abiertas para el encuentro de Oración en común unión con hermanos de otras Iglesias cristianas, que poco a poco nos fuimos congregando para hacer ORACIÓN POR LA PAZ, en recuerdo de lo acontecido en Asís en el año 1986. 1986: El Papa dio una gran sorpresa El 25 de enero de 1986, Juan Pablo II sorprendió al mundo con el anuncio de que se realizaría, en Asís, la primera cumbre de líderes religiosos. En ese entonces, el Papa explicó la razón de ser de este encuentro, “la Santa Sede desea contribuir a suscitar un movimiento mundial de oración por la paz que, pasando por encima de las fronteras y naciones y alcanzando a los creyentes de todas las religiones, llegue a abrazar al mundo entero”. “No rezar juntos sino estar juntos para rezar” La idea del Papa de hacer este encuentro no estuvo exenta de críticas por los sectores católicos más tradicionalistas, ya que se cuestionaba la idea de que el Papa rezara con personas que creían en un Dios distinto. Sin embargo, Juan Pablo II siguió adelante con su idea y declaró que la intención de este encuentro por la paz era: “no rezar juntos sino estar juntos para rezar”. Por este motivo cada año intentamos seguir reavivando ese deseo de unidad en esta oración por la paz, por la cual el papa declarado: “la humanidad necesita ver gestos de paz y escuchar palabras de esperanza”. Por esta razón, el Papa ha hecho un especial llamado a los líderes religiosos mundiales para que asistan a esta reunión, invitando a sus “hermanos cristianos y a los responsables de las grandes religiones mundiales para orar por la paz: uno junto a otro, ya no uno contra el otro”. Por lo tanto, la intención del encuentro Ecuménico por la Paz de cada año en cualquier lugar que se realice queda enmarcada en la importancia de que se junten cristianos de distintas iglesias como también hermanos de otros credo y religiones: “Queremos encontrarnos juntos en particular los cristianos, para proclamar ante el mundo que la religión no debe ser nunca motivo de conflicto, de odio y de violencia. Quien acoge verdaderamente en su interior la palabra de Dios, bueno y misericordioso, no puede no excluir del corazón toda forma de odio y enemistad”. De una manera sencilla y con mucha espontaneidad nuestro Hno. Miguel Brems, en nombre del nuestro ministro provincial René Vargas, dio una fraterna bienvenida a todos de ¡PAZ Y BIEN!, agradeciendo la presencia de cada uno y ese deseo de que abramos siempre el corazón a la unidad y la paz, siendo que este es un momento significativo que nos regala el Señor para hacerlo realidad por medio de la oración. El grupo de animación de cantos, fue un toque especial en este momento siendo otro de los instrumentos de unidad en esta oración, por lo cual agradecemos a nuestro hermanos estudiantes y a las jóvenes que animaron. Dentro de la presentación del tema: “LA PAZ”, agradecemos la presencia y exposición que nos hizo nuestro Hermano Darío Mazurek, o.f.m. Conv. El cual desde su ser franciscano y con ese espíritu ecuménico compartió la corresponsabilidad y la importancia de “la paz” en el mundo y en la vida de cada ser humano y que esa paz hay que vivirla y expresarla; Francisco lo mostró frente al lobo de Gubio. Lamentamos la ausencia de los otros invitados perteneciente a otras iglesias cristianas, sin embargo valoramos y agradecemos mucho la presencia y aporte de hermanos feligreses de otras iglesias; para nosotros fue muy significativo. Como punto central de este encuentro, fue el hecho de poder rezar juntos esta oración por la paz: “Padre bondadoso, que te identificas con la paz, que reúnes a los que están distanciados los unos de los otros, y que te has manifestado por tu Hijo y Señor nuestro Jesucristo, queremos pedirte perdón, una vez más por medio de Jesús y en su nombre. El vino vino a dar la buena noticia a los pobres y la libertad a los oprimidos, a devolver la vista a los ciegos y a proclamar una era de perdón, de gracia y de paz. Padre, haznos instrumentos de aquella unidad y paz que tu deseas, tal como tú la quieres y por los medios que tú deseas. Tú, que eres la caridad perfecta, Haznos encontrar la vía que nos conduce a tu unidad y a la paz en la obediencia a tu amor y a tu verdad. Te pedimos en la unidad del Espíritu Santo por Jesucristo tu hijo nuestro Señor, Dios por los siglos de los siglos”. Todos: “AMEN” Y como gesto muy significativo se plasmó en el abrazo de Paz, donde intercambiamos una paloma de papel blanco donde estaba inscrito ¡PAZ Y BIEN!, a la cual acompañamos con el abrazo y la frase: “LA PAZ DE CRSITO QUEDE EN TI Y EN NOSOTROS/AS”. Y para cerrar con broche de oro, la hermana Ana, del departamento de misiones del Arzobispado invitó a todos a compartir le pan de la Paz, y un refresco que con generosidad y cariño prepararon nuestras hermanas Clarisas y Clarisas Capuchinas. Confiamos que la obra de paz penetre en nuestros corazones y se transforme en acciones comprometidas a favor de la dignificación y la vida. ¡QUE EL SEÑOR NOS DE SIEMPRE LA PAZ! |
|||
Modificado el ( lunes, 11 de diciembre de 2006 ) |